Child treatment process

El proceso de tratamiento en niños

 

La decisión de que su hijo lleve un implante coclear afectará a muchos aspectos de su vida. Antes de pensar en cirugía, el niño se someterá a una serie de pruebas para evaluar si es apto para el procedimiento. En caso afirmativo, se planificará la intervención, seguida de un seguimiento posoperatorio y de terapia con logopedas para garantizar que los resultados de los implantes cocleares sean óptimos.

 

Evaluación preoperatoria

El equipo del centro de implantación realiza una evaluación anterior a la intervención para poner a prueba la capacidad auditiva de su hijo y conocer las motivaciones de la familia. Consta de una serie de evaluaciones.


sirve para determinar el estado de salud general de su hijo. Además de una RNM, por lo general es necesario realizar una tomografía computarizada (TC) para determinar la viabilidad de la cirugía y el oído en el que es necesario realizar el implante. Las imágenes permiten al equipo médico comprobar si es posible insertar un haz de electrodos en la cóclea. En algunos casos, esto puede permitir que el cirujano evite dificultades quirúrgicas previsibles.


el audiólogo realiza varios tests y evaluaciones audiométricos con un audífono (audiometría tonal y vocal). Esta evaluación prueba la capacidad auditiva de su hijo y evalúa su nivel de pérdida auditiva, así como el nivel de amplificación que suministra el audífono. A veces, el audiólogo puede recomendar un periodo de prueba con un audífono más potente para evaluar los posibles beneficios en relación con un implante coclear.

Su otorrinolaringólogo, especialista en audífonos u otro profesional especializado en audición le ayudará a identificar el tipo de pérdida auditiva que padece su hijo. También puede remitírsele al centro de implantación más cercano para determinar si su hijo puede optar a un implante coclear. El implante coclear es un proceso largo y complicado en el que la familia debe ayudar y apoyar al niño. Si esto no es posible, deberá tenerse en cuenta otra solución.

 

Intervención quirúrgica

La cirugía es necesaria para insertar la parte interna del sistema de implante. El cirujano realiza una pequeña incisión detrás de la oreja para poder colocar el receptor que contiene los circuitos electrónicos. A continuación, el haz de electrodos se inserta con sumo cuidado en la cóclea.

La cirugía de implante se lleva a cabo con anestesia general y suele tardar menos de dos horas aunque normalmente requiere la hospitalización del usuario durante unos días. La inserción del implante coclear presenta los mismos riesgos que cualquier otra cirugía auditiva.

El niño no podrá oír hasta que se coloque y se active el procesador de sonido. Por lo general, esto se produce aproximadamente un mes después de abandonar el hospital. Este periodo de tiempo es necesario para recuperarse de la anestesia y para curar la herida de la incisión, proceso que puede tardar varias semanas.

 

Seguimiento después de la intervención

Para que el implante se realice correctamente, también es necesario establecer los ajustes y la calidad del sonido del procesador externo. Además, el niño debe acudir a terapia con logopedas para codificar e interpretar la información sonora percibida.

 

Ajustes

Durante la primera sesión de ajuste, el audiólogo proporciona el procesador de sonido y explica cómo funciona tanto al niño como a sus padres. Esta consulta implica la definición de los niveles de estimulación que produce cada electrodo insertado en la cóclea. Asimismo, se ajustan otros parámetros para optimizar la percepción de la información sonora.

Durante los meses posteriores a la cirugía, será necesario realizar varias sesiones de ajuste para mejorar poco a poco la calidad de la información sonora. Con el paso del tiempo las visitas serán menos frecuentes hasta que los ajustes se consideren estables y óptimos.

 

Terapia con logopedas

Después del implante quirúrgico, los niños deben acostumbrarse a la señal que genera el implante. Incluso en el caso de aquellos niños que hayan experimentado una pérdida auditiva repentina, el mensaje que suministra el implante se percibirá de forma diferente a sus recuerdos. El cerebro debe adaptarse a esta nueva estimulación y poder interpretarla.

Por lo tanto, es esencial acudir a la terapia con logopedas para facilitar esta adaptación. La duración y la dificultad de la terapia con logopedas varían en función de la causa de la pérdida auditiva y del periodo de tiempo durante el cual el niño haya sufrido pérdida auditiva. Llevará más tiempo y será más difícil en el caso de los niños que hayan sufrido pérdida auditiva desde el nacimiento o que hayan perdido la capacidad auditiva antes de aprender el lenguaje.

Al igual que las sesiones de adaptación de los procesadores de sonido, las sesiones de terapia de logopedia tienen lugar de forma regular y frecuente al principio. Tras el primero año, las sesiones son menos frecuentes. El trabajo del logopeda variará en función del tipo de pérdida auditiva que tenga el niño. Sin embargo, se basa en algunos principios básicos: desarrollar capacidades de percepción identificando varias fuentes de sonido, escuchar y aprender a hablar.

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