Los retos diarios

“El trato con el público en persona y por teléfono era crucial para mi negocio. La hipoacusia afectó gravemente a mi capacidad auditiva en las reuniones y a la hora de interactuar con los colegas y clientes como antes”, explica Jim. “Aún podía arreglármelas a nivel profesional, pero con cincuenta y tantos años, lo último que quería era que esta “discapacidad” me costara clientes y, posiblemente, mi medio de vida”. 

Jim también se enfrentaba a retos en su vida diaria. Poco después del diagnóstico, mientras hacía la compra en unos grandes almacenes, Jim se giró y se encontró a un dependiente enfadado. “Llevaba un rato preguntándome si necesitaba ayuda y pensó que lo estaba ignorando a propósito”, comenta Jim. “Me sentí avergonzado y tuve que explicarle que, por mi pérdida auditiva unilateral, me resultaba casi imposible escucharlo por el “oído malo” con el ruido de la tienda”.

En el trabajo, Jim llegaba temprano a las reuniones para poder sentarse con el “oído bueno” lo más cerca posible de la conversación. “Incluso así, no siempre podía seguir el hilo de todas las conversaciones”, admite. “Me decidí a buscar una solución”.

Una posible solución

Las visitas a dos especialistas confirmaron que la hipoacusia de Jim en el oído izquierdo era irreversible. Sin desanimarse, Jim solicitó ayuda en uno de los mayores centros audiológicos de la zona. Una vez más, el diagnóstico fue hipoacusia irreversible.

“Pero esta vez me propusieron una solución: una prótesis auditiva osteointegrada”, dice Jim. “Me explicaron el procedimiento. Tendría que someterme a una intervención quirúrgica para que me implantaran un diminuto pilar de titanio detrás del oído izquierdo. Colocarían un procesador de sonido al pilar que recogería los sonidos en el oído afectado por hipoacusia y transmitiría las vibraciones sonoras al oído interno del lado por el que oigo”.

Jim empezó a tener esperanzas. “Mi médico organizó una demostración para que probara distintos procesadores osteointegrados con una cinta elástica”, dice Jim. “Me gustó tener libertad de elección y sentí que la calidad de sonido que proporcionaba el procesador de sonido Ponto Pro era la mejor para mí”. Cuando su compañía aseguradora aprobó el procedimiento, y al producirse una cancelación en la clínica, surgió una oportunidad inesperada, y Jim tomó la decisión de someterse a la intervención enseguida.

Información equivocada; decisión adecuada

“Entonces cometí un terrible error”, comenta Jim. “Empecé a buscar información sobre las prótesis auditivas osteointegradas y di con un sitio web con información desfasada en el que se describía un procedimiento quirúrgico que parecía bastante invasivo. Me impresionó la idea de afeitarme media cabeza y terminar con una incisión enorme. En ese momento no caí en la cuenta de que la mayoría de los cirujanos empleaban ya un procedimiento nuevo y menos invasivo. ¡Solo sabía que no podía reunirme con los clientes de esa guisa! Llamé al médico y cancelé la intervención”.
Cuando Jim le explicó al médico su reticencia a continuar con el procedimiento, este comprendió de inmediato su preocupación. “Me sugirió que fuera a verle de nuevo”, dice Jim. “Cuando llegué, me mostró una serie de fotos en su smartphone de procedimientos que había llevado a cabo sin problemas con la nueva técnica quirúrgica. Era mucho menos invasiva y solo era necesario afeitar una cuarta parte del pelo para realizar una incisión mucho más pequeña y muy discreta”.

El médico le preguntó a Jim si quería conocer a una paciente que se había sometido a la intervención. Una joven a quien se le había realizado el procedimiento hacía dos años estaba de casualidad en la consulta actualizando su prótesis auditiva osteointegrada.

“Cuando se apartó el pelo y me mostró su procesador de sonido Ponto Pro, me quedé sorprendido”, dice Jim. “Llevaba el pelo casi tan corto como el mío y hasta que se lo apartó, su procesador de sonido Ponto Pro estaba oculto por completo. Entonces lo desenganchó y me mostró una pequeña cicatriz en el lugar de la incisión y me contó lo fácil que se ocultaba su prótesis auditiva osteointegrada bajo el pelo. También me comentó que se había acostumbrado fácilmente a que su procesador de sonido osteointegrado formara parte de su rutina diaria. Era lo primero que se colocaba cada día y lo último que se quitaba por la noche”.
El médico de Jim le explicó que el nuevo procesador de sonido Ponto Pro era completamente automático y muy fácil de usar para los pacientes. También afirmó que a sus pacientes les gusta el procesador de sonido Ponto Pro por su calidad de sonido mejorada, así como por su diseño elegante y ergonómico, su tamaño pequeño y el hecho de que esté disponible en colores que se camuflan con el color del cabello.

Todo lo que hizo falta para convencer a Jim de que el procesador de sonido Ponto Pro era la mejor elección para él fue una prueba más de procesadores de sonido osteointegrados mediante una cinta elástica. “Volví a darme cuenta de que el procesador de sonido Ponto Pro ofrecía una calidad de sonido superior. La calidad de sonido mejorada y el hecho de que el procesador de sonido Ponto Pro tuviera una mejor apariencia y se ocultara fácilmente bajo el pelo hizo que la decisión fuera fácil”, afirma Jim.

“Solo tenía una pregunta: ¿cuándo me pueden intervenir?”
Entonces Jim se hizo un promesa: “Si todo me va tan bien como a ella, ¡le recomendaré las prótesis auditivas osteointegradas a quien me escuche! Una de las personas que admiro, Ron Santo, que pertenece al Salón de la Fama del béisbol, siempre dijo: “No son los momentos difíciles de la vida ni nuestras discapacidades lo que nos definen, sino la forma en que los superamos”. De hecho, creo que conocer a esa chica no fue casualidad, sino parte de un plan más grande en mi vida”.

Comprensión del habla mejorada en un instante

Jim pasó los meses tras su intervención y el “enganche” de su nuevo procesador de sonido Ponto Pro con gran expectativa ante los cambios positivos que estaba a punto de experimentar.

“Cuando me colocaron al fin el procesador de sonido Ponto Pro, no podía creer lo bien que oía”, afirma.
Jim optó por el procesador de sonido Ponto Pro Power tras su lanzamiento en 2011, ya que es más potente. “Me siento genial con mi nuevo procesador de sonido Ponto Pro Power”, dice Jim. “Dispongo de más volumen y menos retroalimentación gracias al nuevo sistema de gestión de la retroalimentación y a la mayor duración de la pila. En ambientes ruidosos, como los restaurantes, puedo participar de manera más activa en las conversaciones, y no tengo que repetir “¿qué?” tanto como antes”.

Promesas cumplidas

En la actualidad, Jim es el primero en reconocer que fue un duro viaje con un final feliz. Aconseja a muchos candidatos a usar implantes auditivos osteointegrados, y comparte generosamente sus propias experiencias y los conocimientos adquiridos a través de otros usuarios de prótesis auditivas osteointegradas. Participa de forma activa en sitios web para personas con problemas auditivos y colabora en www.earcommunity.com. Jim también logró convencer a Wikipedia para que cambiara la información desactualizada sobre intervenciones quirúrgicas y soluciones de prótesis auditivas osteointegradas.

“Cumplí mi promesa de convertirme en defensor de las prótesis auditivas osteointegradas”, afirma Jim orgulloso. “Hago todo lo que puedo para aconsejarles a las personas con pérdida auditiva unilateral que se planteen la intervención quirúrgica. A menudo me encuentro con gente bastante enfadada por haber perdido audición. Les animo a canalizar su energía hacia un resultado positivo y plantearse una solución osteointegrada”.  

Jim les aconseja que evalúen con detenimiento las características de los procesadores de sonido que tienen en mente para elegir el que les vaya mejor. “Creo que los pacientes se merecen poder tomar sus propias decisiones basadas en los criterios que consideren importantes”, añade. “Pero si alguien me pregunta, les cuento todas las razones por las que prefiero el sistema Ponto”.

De enfadado a defensor

En tan solo tres días, el mundo de Jim Buter cambió para siempre. En febrero de 2010, este ejecutivo de ventas de 59 años desarrolló una infección de oído que le dejó mareado y debilitado. Tras su visita a urgencias fue ingresado en el hospital local, y tres días después, acudió a una cita con un especialista del oído, la nariz y la garganta. Jim nunca imaginó que, durante la breve espera hasta la cita, desarrollaría una pérdida auditiva irreversible en el oído izquierdo. El diagnóstico fue desolador para Jim. Fue necesaria la amabilidad de un médico experto y atento, y la propia determinación de Jim para encontrar una solución y convertir a un hombre “enfadado y frustrado” en un ferviente defensor de las prótesis auditivas osteointegradas. 

Nombre: Jim Buter
Profesión: ejecutivo de ventas
Indicación: pérdida auditiva unilateral